Los discípulos le preguntan a su Maestro, Jesús, qué les esperaría a ellos recibir por seguirlo a él, y él les contesta claramente que se sentarían en tronos para regir a las doce Tribus de Israel. Sin embargo, también Jesús prometió a TODOS los que le siguen, es decir, a todos aquellos que lo han dejado todo por él, el premio de la vida eterna. Esta vida eterna lo obtendrán los santos, según lo declara Pablo a los romanos, y ya sabemos que los santos regirán igualmente con Cristo en su reino (Rom. 6:22; Daniel 7:27).
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